Un blog de creación en español

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Tuesday, May 24, 2022

Billy Krassner




Nieve


¿Por qué a alguien le gustaría la nieve? Me parece una broma muy mala. Los seres humanos han luchado contra el frío durante millones de años de evolución. El calor es vida, pero aún asi insistimos en que la nieve es bonita, maravillosa, mágica. Es pura, blanca, creo que a nosotros nos gustan las cosas puras. Escupimos en las tumbas de nuestros antepasados cada vez que bailamos mientras copos de nieve caen. ¿Que nos salvó cuando no podíamos construir casas, o hacernos ropa? El fuego, y el calor. ¿Cómo los agradecemos? Celebrando el enemigo de los enemigos, el frío, y su niña del diablo, la nieve. Hablando del diablo, ¿porque su reino es de fuego? ¿Debo creer que en este caso la nieve representa lo bueno mientras que el fuego lo malo? Que maldición, que ironía. Siempre decimos que no debemos tocar el fuego, es peligroso. Pero nunca he oído que no debemos acercarnos a la nieve. Por favor, escúchame esto, la nieve es mucho más peligrosa que cualquier fuego. La nieve es una puta, que nos atrae con su timidez, hojas puras, y nos traga antes de que podamos gritar. Ahora mismo lo siento ahogándome por los pies.

La nieve no es una cosa pura. Bajo de sus curvas illustres hay cadáveres. Somos tontos en pensar que hay maravilla o magia entre una cosa tan mala. Pues… Quizás sí haya magia, pero no la magia de princesas o principes. Magia de sangre, oscura. No puedo continuar. Otra maldición de la nieve es que te hace perder tu capacidad de pensar, mientras se hunde. Su mente es la última fortaleza. ya ha ido la habilidad de sentir mi cuerpo. Y casi voy a perder mi vida enterrado en una cosa que ustedes llamarían purísima. Ahora soy más nieve que el ser humano. ¿Todavía la quieren?

 

Miwok

Un niño desembarcó del autobús. El polvo rojo nubló su cara para que no pudiéramos ver su rostro.

- ¿Quién es él? No sé. ¿Uno de los nuevos? No me digas. Se ve muy joven, muy flaco. Está perdido pobrecito. Que no se nos acerque, ya estamos todos. Por dios, es tan flaco se ve enfermo, que alguien le dé un sandwich. Callate boludo, él se está acercando.-

Buscando por todos lados, el niño se acercó a nosotros. Pasaron diez segundos sin que nadie dijera nada. Lo miramos con ojos de vidrio roto, esperando su voz. Acá, no somos simpáticos con los extraños.

- ¿Ustedes son los Miwok? - dijo el flaco en voz muy baja. La luz contra el contorno de sus lentes se nos reflejó en los ojos. Paramos de mirarlo, y cerramos el círculo para que viera nuestras espaldas.

- ¿Qué carajo dijo? ¿Nos han mandado un nuevo?? Voy a llorar - Abrimos el círculo y le preguntamos su nombre y afiliación.

- Soy Simón, me echaron en tu grupo, con los Miwok -

- No sos Miwok, flaco. Cierto, ¿no debés estar con las ardillitas en Pomo? - No. Recuerdo muy bien el nombre de la cabina. Miwok - Nos miramos, no teníamos otra opción.

- Seguínos, si te atrasás, te dejamos, entendido? -

- Listo -

El flaco recogió sus maletas. Trajo dos, madre mía por qué trajo dos maletas, va a quedarse acá dos semanas. Pero bueno, quizás él se pierda y no tenemos que soportarlo. Lo guiamos por el campo, sobre los caminos-que para un nuevo- parecen laberintos, y

entre los árboles elevados como rascacielos. No se perdió aunque estaba llevando dos maletas que nos parecieron muy pesadas. En un campamento en el año 2013, los móviles estaban completamente prohibidos, y los campistas que los traían no podían guardarlos. Estábamos completamente en oscuridad, pero a nosotros nos gustó.

Llegamos a una cabina chiquita, con madera cubierta con musgo, el techo casi roto, y la puerta partida a la mitad. Escrito sobre el marco de la puerta se leía “Miwok”. Entramos, y el flaco puso sus maletas en la única litera vacía. Nos sentamos en las nuestras.

- Entonces… ¿Qué te gusta hacer flaco? -

- ¿Como qué, aparte de la escuela? -

- Si boludo aparte de la escuela, ¿jugás fútbol? ¿O te gustan los

videojuegos?-

- Para ser honesto, no me gustan. Y no juego ningún deporte.

Malas noticias. Cada verano todos las tribus compiten en las olimpiadas del campamento. ¿Y el flaco no juega ningún deporte? Que. Bueno.

El flaco salió para ir al baño. Le dimos direcciones generales pero va a tardar un poco.

- ¿Qué hacemos con este flaco inútil? Nada. Lo echamos a otro grupo, los de Cholula solo tienen cinco pibes. No, no nos van a dejar. Él ya es Miwok y no podemos hacer nada. Cierto, ya lo tenemos, y hay que demostrarle todo lo que sabemos para que los de Mojave no se rían de nosotros. Dale -

El flaco regresó después de media hora, dijo que se perdió y fue al baño de los campistas mayores. Resoplamos con fastidio. Los campistas mayores tienen más años, son más altos, si regresara otra vez, ni Superman lo podría ayudar.

- Dale flaco, para ser honestos, tal y como a vos no te gustan los deportes, a nosotros no nos gusta enseñar a un nuevo desesperado las reglas del campamento. No es nada personal. Un poco, pero no mucho. No importa, vamos a mostrarte todo lo que sabemos para que no mueras durante estas dos semanas - El primer día, le mostramos la división. El camino entre el lado de los niños, y de

las niñas. El camino estaba en una sierra, con sequoias plantadas por todos lados. No podíamos ver este lado misterioso pero sí sabíamos que estaba ahí. La tierra bajo la sierra era curiosa pero también nos asustaba. Sin cruzar el camino para abajo, solo podíamos ver los techos de las cabinas. En vez de nombres de tribus norteamericanas, llevaban nombres de pájaros. Cardenal, gorrión en vez de Miwok y Mojave. Los nombres nuestros no parecían mucho más chévere.

- Flaco, no pases este camino. Si te encuentran allá, te cuelgan.

Literalmente, no. Pero te expulsan del campamento y tus padres se van a enojar -

- Okey -

Caminamos cuesta abajo, hasta un edificio bastante grande. La cafetería. - Dale, acá hay que luchar por la comida. Es una carrera -

- ¿Se acaba la comida muy a menudo? ¿Ellos nos matan de hambre? - Dijo el flaco.

- Bueno, pues no. Pero si querés beicon y jugo de manzana hay que ir primero. Comemos juntos, si uno de nosotros hace algo mal, todos comemos de últimos -

Aunque no nos dejan morir de hambre, si la cafetería se parece a las llanuras de áfrica. Cada tribu compite para ir primero. Los que van últimos quedan las sobras.

Tostadas empapadas, huevos de esponja, y las patatas más repulsivas que has comido en tu vida. Entonces, en el interés de comer sin pasar dos horas en el baño después, todos quedamos silenciosos como nos mandan los monitores.

Después de comer, le enseñamos las reglas de llenar su botella de agua. Durante el día, hace un calor del infierno que literalmente quebrá tus ojos. Beber agua es fundamental para nosotros. Los monitores nos vigilaron para que bebieramos suficiente agua. Ya lo sabemos, y aunque el flaco no era lo más conciente, no era totalmente un idiota. Entendió las reglas muy bien. Había solo un dispensador de hielo en todo el campo, y en el tiempo en que caminaste hasta la cafetería al lago, el hielo que pusiste en tu botella ya se había fundido totalmente. No diríamos que el campamento es muy cómodo. Pero nunca nos quejamos, ni el flaco.

Le mostramos todo, el lago, el horario de lavar los platos, cuando tenemos que levantarnos, qué decir a la enfermera para que no te ponga una inyección. Ya pasaron tres días. Para su ineptitud inicial, estaba aprendiendo muy rápido.

Un día, fuimos al lago sin el flaco porque no quería mojarse. Lo dejamos en la cancha, donde le gustaba practicar su Rubix Cube en el sol. Cuando regresamos a la cabina todavía no había llegado. Entonces fuimos a la cancha a buscarlo. Ahí estaba. Pero sus lentes estaban en el suelo, aplastados. Y él estaba rodeado de los diablos de Mojave, pateándolo. Cinco cuerpos, golpeando a un indefenso nuevo. Todo lo que ha aprendido durante estos días se fue por el cielo. Cada patada hizo que nuestra sangre hirviera aún más caliente. No era muy común ver una falta de respeto tan obvia. ¿Le van a golpear a uno de nosotros? Pero el miedo silencioso nos hundió. Aunque nos gustaba jugar como salvajes antes de la civilización, pero nos congelamos en la realidad

del peligro. Hasta que uno de nosotros, Ricardo, que era el primero en decir que debemos tirar el flaco en el lago, dio un paso adelante.

- Pelotudos de mierda, vamos -

Corrimos, con ira y la velocidad de 5 aviones a reacción. Los golpeamos con fuerza, en formación. Corrieron muy rápido, sorprendidos de vernos defender un nuevo con tanta ferocidad. Intercambiamos golpes rápidos, pero pronto los de Mojave rindieron, corriendo por los bosques para que no les siguieran.

- Flaco, ¿estás bien? Sí, muchas gracias. De nada boludo, venite con nosotros la próxima vez ¿Okey? De acuerdo. - No nos metimos en problemas con los monitores, porque nadie les dijo ni una palabra. Dos semanas antes, no hubiéramos podido imaginar que defenderemos un nuevo, un extraño, pero eso es lo que sí pasó.

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