Hipócritas
Por Nicole Bermeo
Las mujeres siempre tienen tiempo
para hablar mierda. Como mujeres, tenemos una habilidad innata para parecer
confiables, pero en realidad, la mayoría de las cosas que nos dicen serán de
conocimiento público por la noche. Irónicamente, esto tiene sentido, ya que es
una adaptación evolutiva de las mujeres a ser buenas en formar enlaces con la
gente (ya que obviamente nos falta la fuerza física que tienen los hombres).
Compensamos esto siendo verbalmente agresivas, o en otras palabras, somos muy
críticas y duras con todos menos con nosotras mismas. De alguna manera, este
complejo de superioridad nos permite funcionar en la vida diaria sin llorar
cada segundo por nuestras deficiencias personales. Todas las mujeres hacen
esto, y si una le dice que odia el drama, hay que tener cuidado porque todo lo
que una mujer dice debe ser profundamente analizado para encontrar su verdadero
significado. No se deje engañar – todas somos iguales.
Si uno quiere probar esto, debe
observar a la mujer en su hábitat natural, idealmente cualquier Starbucks en
Manhattan. Encuentre una mesa desocupada, preferiblemente en un rincón apartado
(esto será difícil en Nueva York). Coloque su chaqueta en el respaldo de la
silla y configure su computadora. Pídale al grupo de mujeres a tu lado si
pueden cuidar sus cosas mientras consigue una bebida. Si usted es atractivo,
ellas probablemente empezarán a reírse nerviosamente. Si no, no te preocupes,
no hará ninguna diferencia. Cuando tenga su carísimo grande caramelo
frappuccino con leche descremada y sin crema batida, siéntase como en su casa.
Agradezca al grupo de mujeres por cuidar sus cosas. Enchufe sus audífonos en su
computadora, pero sin escuchar nada (necesita escuchar a escondidas).
Después de algunos intercambios
corteses, las mujeres comenzarán a ponerse al día. Una de las mujeres empezará
a hablar de su difícil relación con su novio de tres años y cómo él nunca hace
nada por ella. Las otras mujeres le dirán que ella es increíble y que se merece
a alguien mejor que él. Ella les dirá que se fue a un bar la noche anterior
para que sentirse mejor y que conoció a un hombre atractivo que la hizo reír
toda la noche. Cuando les cuenta que ella se acostó con el hombre, sus amigas
la felicitarán y le aconsejarán que deje a su novio idiota. Cuando la mujer
vaya al baño, sus amigas la llamarán puta por engañar a su “muy amable” novio.
Cuando ella regrese, sus amigas le dirán que tienen que hacer unos recados y se
pondrán de acuerdo para juntarse la próxima semana y se irán.
Cuando sus amigas salgan, la mujer
se sentará por un rato, con su cabeza inclinada hacia el techo. Ella dejará
escapar un suspiro y sacará su celular del bolso. Lo mirará por un rato y
marcará el número de su novio. Cuando él conteste, ella le dirá que lo extraña
y que nunca va a engañarlo y que él es lo mejor que le ha pasado. Después de
ponerse de acuerdo para ir a cenar esa noche, ella le dirá que lo ama. Cuando
se levante para irse, lo mirará y le guiñará el ojo. Cuando ella se vaya, usted
se sorprenderá de lo que acaba de suceder, pero definitivamente va a entender a
lo que me refería cuando le dije que no se puede confiar en las mujeres.
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