Un blog de creación en español

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Thursday, January 19, 2012

Xavier Andres Winslow

El dios de los judíos estaba haciendo una campana contra los dioses de Egipto. En el mundo de los humanos, las plagas habían sido sueltes, mientras en los pasillos dorados de la tierra del este, donde los dioses paganos de Egipto reinaban en majestad, los ejércitos del dios de los judíos peleaban contra las almas de los faraones antiguos. Los pasillos estaban llenos de los gritos de inmortales, dioses y arcángeles cayendo a todos lados. Llamas explotaban de los cuerpos de los inmortales, y en la tierra, los humanos miraban así al cielo, donde relámpagos en colores desconocidos a ojos mortales tronaban. En el cuarto de tronos, los trece dioses egipcios más poderosos se congregaran para la última confrontación entre ellos y el dios de los judíos. Mientras los dioses minores se sacrificaban luchando contra el dios y sus ángeles, los trece habían empezado una gran transferencia, lo cual nunca se había intentado en los anos incontables de existencia. Las puertas del cuarto de tronos, grabada con imágenes de los triunfos de los dioses de Egipto, fueron tiradas por dentro, y una luz insondable se apareció. Al último momento posible, los trece dioses destruyeron sus cuerpos inmortales, mandando sus espíritus a la tierra, entrando y cambiando los cuerpos de trece humanos normales. Los cuerpos de esos pobres inocentes se hicieron como mármol, duro y perfecto. Donde antes habían sido coloreados los ojos, se cambiaron a puros negros. Solo los cuerpos que habían sido feos, se cambiaron en rostros de belleza terrible y desconocida. Esa noche, entre los gritos de madres egipcias que habían perdido el mayor hijo, entre los fuegos y ríos de sangre, nacieron el género vampiro.
El presente
Tyler Latifi abrió un lentamente, tratando de no vomitar con el movimiento minúsculo. Alado de él, un cuerpo desnudo estaba acostado. Tyler se levanto con cautela, y se cruzo a la chimenea de mármol. Cogiendo uno botella abierta de vodka, tomo un trago profundo.
“que desayuno” pensó Tyler, tomando otro trago profundo. Todavía cargando la botella empezó a dar una caminada por los cuartos del suite donde se estaba quedando esa semana. Los cuartos estaban totalmente destruidos. Las alfombras, los mueblas, todo era un verdadero desmadre. La tele la habían arrancado de la pared, y se parecía que alguien había prendido un pequeño fuego en una esquina de la sala. Tyler no se recordaba de nada de lo que había pasado la noche anterior. Regresando a la recamara, le dio una mirada al cuerpo inerte, pensando por un momento que la chica estaba muerta. Fue recompensado por su preocupación cuando la chica desnuda empezó a toser violentamente y vomito alado de la cama. Riéndose, Tyler se metió a la ducha para quitarse la suciedad de la noche.
Hoyo su teléfono timbrar, pero no lo alcanzo. Al marcar su voicemail, oyó la voz insoportable de su madrastra. Porque su padre se había casado con una bruja como ella, nunca lo entenderá.
“Tyler, porque nunca contestas! Oye, mañana es la cena con el presidente, y tu padre y yo ordenamos que asistas. Es necesario que los paparazzi tomen fotos de las dos familias completas, para fomentar la imagen de la unidad familiar. Si no te apareces, no recibirás un centavo más! Te lo juro. Y ponte algo decente, siempre te ves como un junkie.” Clic.
Pendeja, pensó Tyler. No me puede tocar mi dinero. Tengo mejores abogados que ella o mi padre.
Prendiendo un cigarrillo, aspiro profundamente, y empezó a buscar algo que ponerse. Poniéndose unos jeans y una chaqueta de tuxedo un poco arrugada. Ni parando para meterse zapatos o ponerse una camisa, abandono la suite de hotel, cargando nada pero la botella de vodka, ahora un poco reducida, y sus cigarrillos. En el lobby, entre las miradas de los clientes ricos y conservadores, fue y cogió sus llaves del concierge. Prácticamente se tiro detrás del timón de su lambourghini, aventando su botella de vodka en el asiento de pasajero. Arrancando súbitamente, empezó a manejar al aeropuerto. Usando una mano marco a su pilota.
“Dimitri, empieza los procedimientos, llego en veinte minutos y quiero estar en el aire en treinta. Ya me canse de los ángeles. Vamos a Nueva York. Se me antoja un clima más frío.” Con eso aventó el teléfono, y cogió un cigarrillo. Titubeando con el encendedor, se paso un alto y casi se llevo de encuentro otro caro. Inhalando profundamente, alcanzo la botella de vodka y tomo un trago profundo. Ya era tiempo para dejar esta ciudad.
Entre las torres inmensas de Manhattan, existe un edificio parecido a los otros, excepto una diferencia. Enzima de él, extendiendo así al cielo, hay un pirámide construido totalmente de vidrio. En este edificio, deseos negros se hacen realidad. En esta torre de muerte, los seres malignos, tomadores de sangre, existen y se divierten, empleando como su estadio todo la cuidad.
Tyler se estaba vistiendo para una fiesta. Habían aterrizado hace unas pocas horas. Había tomado un lunch lujoso en uno de sus restoranes preferidos en el upper west side con un diseñador famoso. Había tomado mucho champagne en lunch, y había tenido que tomar una siesta. Se había despertado cuando su teléfono timbro. Uno de sus amigos le había mandado un mensaje con la locación de una fiesta buenísima. Tyler se miro en un espejo el tamaño de la pared. Atrás del, en la reflexión, las luces eternas de la cuidad pulsaban, setenta pisos debajo del. La noche acababa de oscurecer, y el cielo todavía tenía un toque de morado. Tyler admiro su reflexión, el cuerpo, flaco por drogas y por descuido, su pelo, rubio y despeinado. Andaba una cadena hecha de puros diamantes, y se había vestido todo de negro. Soplando humo de su cigarrillo, tomo otro trago de champagne, para currar los últimos vestigios de resaca que le quedaban de su lunch. Cruzando a una mesa hecha de espejos, corto otra línea de cocaína y la esnifo. Sonriendo, prendió otro cigarrillo y cogió el teléfono. Marco al concierge, y le pidió tener un caro listo para él a las doce y media de la noche. Miro a su reloj, oro con diamantes. Tenía todavía una hora antes de irse. Sonriendo, le marco de nuevo al concierge.
“me hace otro favor? Mándeme unas muchachas. Estoy un poco aburrido. Y cambia el carro para la una de la madrugada. Gracias.”
A la una, Tyler, vestido de nuevo, se salió de su suite y bajo al lobby. Estaba parado debajo de el toldo metal inmenso del hotel, esperando su carro, y estaba lloviendo. A Tyler, le encantaba la cuidad cuando llovía. A su modo de ver, Manhattan no se veía bien en tiempo de sol. Era una ciudad de noche, de luces artificiales. Fue sacado de su ensueño cuando el chauffeur le abrió la puerta del mercedes negro. Tyler le dio las gracias, y se metió.
El mercedes se metió a la línea larga que estaba enfrente del hotel Standard. Paparazzi estaban a cada lado de dos puertas altas en el lado del hotel. Detrás de la cuerda de terciopelo, Un hombre inmenso y una chica delgada chequeaban los nombres de la gente en la línea, asegurándose que estaban en la lista para la fiesta de esa noche. A la mayoridad de la gente no las dejaban entrar. Cuando el mercedes de Tyler se acerco a la puerta, un hombre le abrió la puerta y lo reconoció inmediatamente.
“señor latifi. Que gusto de verlo de nuevo. Por favor sigue me.” Escoltado por el hombre, Tyler pasó a toda la gente esperando en la línea inmensa, y fue llevado directo a la puerta. La chica encargada con la lista le dio un beso en el cachete, y lo dejo pasar. Tyler se metió a un elevador de carga pintado negro. Prendió un cigarrillo mientras el elevador subió al dieciocho piso. Cuando las puertas industriales se abrieron, Tyler fue asaltado por la música fuertísima. El disco estaba totalmente llena, la gente empujándose hasta que estaban aplastados contra las ventanas que eran del suelo al techo. Afuera, todo el Hudson y Jersey eran visibles. En medio de el piso, una piscina pequeña estaba llena de gente joven, muchos de ellos en varios estados de desnudes. Arriba de ellos, una pelota inmensa de disco daba revoluciones lentas, tirando rayos de luz blanca y rojo en las paredes negras. Tyler sonrió y cogió una botella de vodka que estaba en una mesa. Tomando profundamente, se acerco a la piscina, y quitándose todo menos sus calzoncillos, se tiro adentro.
Había perdido todo sentido de tiempo. Había estado bailando por horas, había tomado una cantidad espantante, y había terminado toda su cocaína. Verdaderamente, se le había terminado cuando se le cayó en la piscina. Totalmente tronado, borracho, estaba a punto de irse de la discoteca cuanto vio una mujer rubio más bella que todas las modelos que estaban en la disco. Su presencia era etérea, su pello brillaba. Se le acerco y le dio una sonrisa. Si no hubiera estado tan borracho, tal vez se hubiera fijado que la sonrisa de la chica bella no era totalmente natural, que los ojos, cuando la luz los cachaba de una manera, brillaban como los ojos de un gato. Su piel era muy perfecta, y no registraba ni uno emoción en su cara. Tyler se sintió marreado, perdido en sus ojos. No podía captar lo que le estaba pasando, y vagamente pensó que otra vez alguien le había metido algo en su trago. Antes de perder el conocimiento, lo último que vio fue la sonrisa de la belleza, terrible en su desnaturaliza.
Regreso al conocimiento en dolor terrible. Todo su cuerpo estaba en fuego. Con la luz débil, podía ver que su cuerpo estaba cubierto en suciedad y moretes. Su cuello le dolía más que todo. Levantando su mano así a su cuello, vio que le estaba sangro lentamente. En un pánico, trato de levantarse, pero sus piernas no lo soportaban. Empezó a gritar. Grito para lo que para él fue una eternidad. Al fin, escucho que alguien estaba llegando. Al abrir la puerta, tuvo que cubrir sus ojos de la luz intensa que entraba por el pasillo. Al fin, pudo ver que el otro ocupante del cuarto era la misma mujer que había visto en la discoteca.
“que me has hecho puta?” le grito. “sabes quién soy? Quien es mi padre? Están jodidos, tu y todos tus compatriotas. Si es dinero que quieren, pudiera comprar a vender mil de ustedes. Se los pagare, pero no creas que vivirás para disfrutarlo pendeja.”
Sonriendo, la mujer se acerco. “oye, querido, como me entretienes. Sabes, que si no fuera por una gota de sangre ancestral, tu cuerpo estuviera debajo del Hudson ahorita. Si uno de los antiguos no hubiera olido tu sangre pura, te hubiera devorado como el bocadillo que eres.”
Totalmente confuso, Tyler se quedo mudo, viendo a la mujer, convertida en diabla. Sus ojos eran totalmente negros, su boca distendida por los dientes carnívoros. Atrás de ella, otros estaban entrando en el cuarto.
“que quieren conmigo?”
“yo. Nada. Ya me comí a otro. Pero ellos piensan que eres especial. Que eres parte de su profecía antigua. A mí no me importan cosas así. Pero la palabra de los antiguos es ley, entonces te dejo en su cargo cariño. Con eso, dio la vuelta y se fue. Tyler quedo viendo a los que estaban entrando al cuarto. En una parte remota de su mente, la parte no totalmente consumida por terror, conto doce individuos en su cuartito. Una mujer con pelo negro lustroso se le acerco.
“disculpa por Nadia, es un poco impetuosa. Permíteme de introducirnos. Somos los doce, pronto los trece, y estamos honorados de haberte encontrado. Si me permites explicar: Nadia estaba a punto de disfrutar tu sangre sabrosa cuando pase por su recamara. Nosotros tenemos un sentido de olor incomparable. Y tú, me querido humano, huelles exactamente como alguien que nosotros pensábamos perdido por eternidad.”
“pero que dices vieja? No sé de lo que me hablas. Quienes son ustedes? Que quieren conmigo? Pagare lo que deseen, nada más por favor. Por favor déjenme ir!”
“Eres tan ignorante que no entiendes lo que somos?!” dando la vuelta, dijo algo muy rápido para entender, y entro un hombre arrastrando una niña pequeña de cinco o seis anos. Ni parpadeando, la mujer agarro a la niña y le rompió la garganta con sus dientes. Entre los gritos de Tyler, le tomo toda la sangre a la pequeña niña y aventó su cadáver en la escina del cuarto. Limpiándose los labios delicadamente con un pañuelo de seda, le di una sonrisa a Tyler, que estaba llorando.
“ahora lo captas, creo. Muy bien. Prepárate, mentalmente. La próxima noche, ceras uno de nosotros”
“pero porque?” lloro Tyler
“porque? porque en tu sangre esta codificado la esencia de nuestro hermano, perdido por todos estos milenios. Porque finalmente vamos a llenar la profecía anciana y tomar nuestra venganza. Estas cosas no entiendes, pero lo que se que si puedes entender es que te estoy ofreciendo juventud eterna, sin preocupación de enfermedad. Más dinero que aunque tú te pudieras imaginar. Más poder que tu padre patético. Más poder que todos los líderes del mundo. Te prometo, lo disfrutaras. Que dices?”
“puedo tener un cigarrillo?”
Sonrió la mujer. “nos vemos la próxima noche. Va haber una fiesta que nunca te la olvidaras.”
Tyler fue despertado por dos sirvientas humanos. Le tomo un instante para fijarse que eran gemelos.
“Señor, por favor nos sigues? Tenemos que presentarlo al cuidador del vestuario.”
Lentamente, Tyler siguió a los dos gemelos. Se salieron del cuarto en un pasillo muy lujoso, con ventanas grandísimas. Por un lado, Tyler podía ver central park. Por el otro lado, las torres de Manhattan brillaban. Llevaron a Tyler a un cuarto inmenso dominado por varios armarios antiguos. Un hombre viejísimo, vestido en una vestidura de lana. Le hizo una reverencia a Tyler.
“si me permite, Señor, tengo que vestirlo para la ceremonia de esta noche. Hay algo que necesita?”
Aunque no había probado alimento por días. Lo único que Tyler le pidió era un cigarrillo. Agradeciendo al viejo cuando se lo dio, Tyler lo prendió y por la primera vez en días sonrió.
“bueno pues hombre,” dijo Tyler, soplando humo, “vísteme. No creo que tengo ninguna opción”
“no, mi señor, no creo que tiene”
“es verdad lo que me conto esa diabla? Que todos ustedes son vampiros?”
“yo no lo soy señor. Ese honor nunca me lo concedieron. Pero tengo el honor de vestir a los antiguos por todas las ceremonias. Y esta ceremonia nunca ha sido duplicada. Estoy verdaderamente honorado de poder vestir al decimotercero antiguo. Ahora si me permite bañarlo.”
Cuando había terminado de bañar a Tyler, saco varias cajas de Madera ancianas. Primero, saco unos pantalones negros de \terciopelo. Encima de eso, le puso una faja hecha totalmente de plata, con la lengua enfrente típica de los faraones de Egipto. Después, le puso a Tyler un collar enorme de jemas y plata. Encima de todo le puso una vestidura ceremonial hecha de hilo de plata. Después le pinto la piel a Tyler con pintura plateada, y los ojos con pintura negra. Al verse en el espejo, Tyler dio un suspiro. Se veía como una de las pinturas en los templos de Egipto. El sirviente anciano hizo otra reverencia, y llevo a Tyler por otro pasillo, esta, alumbrado totalmente por candelas. Entraron en un cuarto inmenso, en forma de pirámide, construido totalmente de vidrio. Afuera, todo Manhattan se extendía debajo de ellos, brillando. En el piso de mármol, sienes de sillas estaban llenadas por gente misteriosa y bella, terrible en sus trajes antiguos. En el medio del piso había un altar hecho totalmente de plata, grabada con escenarios terribles. Atrás del altar estaban los doce antiguos. Alado de ellos había in hombre inmenso desnudo, deteniendo un bastón grande hecho de vidrio alado de un gong. A un señal silencio, el hombre quebró el bastón contra el gong, y los doce empezaron a bailar, cortándose los pies en el vidrio roto. Continuaron su baile macabro, hasta que un cáliz de plata estaba llena de su sangre. La mujer llevo a Tyler por la mano, y lo acostó en el altar. Uno por uno, los doce le tomaron la sangre. Cada vez que estaba a punto de morir, la mujer traílla la cáliz, y forzaba a Tyler tomar. Cuando este proceso había sido repetido doce veces, la mujer cubrió a Tyler con tela negra. En el altar, Tyler empezó a gritar. Su cuerpo estaba lleno de hielo y fuego. Sintió mil espinas en sus venas, las espinas se fueron una por una a su Corazón, donde se colectaron. Sintió cuando su cuerpo murió, cuando su Corazón paro de palpitar. Dio un grito más, y fue silencio.
Tyler se levanto y miro el mundo con sus nuevos ojos. Era indescriptible. Las estatuas se movían y después eran tranquilas. Varios pisos debajo del, con sus nuevos hoyidos, oyó a un ratón correr en terror adentro de las paredes y sintió cuando fue matado por una trampa. Vio a una mesa a cien metros, y podía ver los pétales de la rosa encima de la mesa muriendo, los pétales cambiando de blanco a café una molécula por molécula. Podía ver el proceso de pudrirse que le estaba pasando a la flor. Podía ver este mismo proceso en los humanos presentes en el templo, y realizo, con certitud, que él ya no era humano, y no le importaba.
Dio una sonrisa y dijo “tengo hambre”. Le presentaron un niño, tal vez más joven que la niña que había visto matado ayer en su cuarto. Cogió el niño por su cuello, y le rompió la garganta. Nunca en su vida mortal había sentido un sabor mas delicioso ninguna droga le había dado en las mismas sensaciones, el mismo gusto. Sintió cuando el corazón del niño paro. Sintió la última gota de sangre pasar por sus labios. Aventó el cadáver del niño como una muñeca, y dio la vuelta para ver a los antiguos.
Sonrió y les dijo “mas”.

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