Tuesday, May 18, 2021
Escritura creativa 2021: Marta Savid
Maternidad
La escritura creativa con un plazo de entrega está entre las actividades más difíciles. Si para muchos escritores y escritoras el cuento cobra vida por sí solo, los míos requieren de respirador, marcapasos, y diálisis constante como soportes vitales. Incluso los cuentos más independientes que escribo, que por momentos parecen dar pasos sin tomarme de la mano, eventualmente tropiezan y lloran por su madre para que los levante. Ejerzo una maternidad literaria sobre piezas que requieren, por un motivo u otro, de mi supervisión constante.
Si las plantas de Hernández crecen sin intervención ni esfuerzo, las mías lloran por luz UV artificial, agua mineralizada, y fertilizante .
Qué difícil se me hace separarme de mi consciencia, encontrar inspiración sin buscarla, y que vengan a mí las palabras sin esfuerzo. Qué complicado el dominio del lenguaje que manejo desde el vientre, que pareciera dominarme a mí y mezclarse con los restos anglosajones de mi crianza y desarrollo académico. Qué intencional resulta el uso de los recursos narrativos, como la repetición antinatural de este párrafo, los intentos de aliteración aleatorios, limitados y lamentables, y los símiles débiles, como las corrientes de los ríos en época de sequía.
El proceso creativo es, entre otras cosas, desafiante. Meditando, poner la mente en blanco se me hace prácticamente imposible. Sin embargo, cuando leo las instrucciones en nuestro programa semestral para generar una historia, el blanqueamiento mental es cuasi-instantáneo. Las ironías de la vida, supongo. Pienso en posibles narrativas en el gimnasio, en la ducha, en los momentos anteriores a quedarme dormida. A veces les pregunto a mis amigas si se les ocurre algo. A veces las ideas que me presentan son buenísimas, hasta que hay un intento concreto de ponerlas en palabras. A veces son hasta excelentes, pero al final no parecen querer desarrollarse y se genera una tensión de clímax constante, algo como un juego sexual perverso de mantener un cuento en el borde sin jamás darle una resolución. A veces las ideas son complejas, y merecen convertirse en una novela para desarrollarse a plenitud y no en un pequeño cuento. En otros momentos mis ideas son tan, tan interesantes, que me gustaría dárselas a un escritor de verdad, así les hace justicia. Porque yo no, yo no puedo dominar tales monstruosidades.
Escribo sobre el amor, sobre mujeres empoderadas, a veces empoderadas de más. Me gusta recurrir a la comedia sutil, el erotismo escondido, las identidades sexuales y los amores disidentes. Disfruto de la poesía, del lenguaje florido, de las hipérboles emocionales. Si no encuentro inspiración en la complejidad de las temáticas humanas, me gusta escribir sobre animales, o más bien, desde sus perspectivas. Me gusta porque es un juego, y no requiere de demasiada verosimilitud. Después de todo, ¿quién es el dueño de los pensamientos de un gato? (además del gato, supongo).
Suelo alejarme de las temáticas personales que me resultan tristes o complejas, porque si no puedo practicar escapismo a través de la literatura entonces ¿qué puedo hacer con ella?. Hay un cierto alivio personal en atribuirle problemas a personajes externos.
Que mis personajes contengan dentro de ellos todas las emociones que yo reprimo, que se mueran de amor, que se maten de angustia, que dejen que sus complejos mesiánicos dicten sus vidas, y que utilicen sus cuerpos para el deseo. Incluso por momentos los reprimo a ellos, dado el ambiente académico en el que existen.
Tal vez requieren de mi diálisis y mi soporte vital para no crecer tan alto. Si los cuentos de Hernandez son plantas, pues los míos son Bonsais. Es mi supervisión constante lo que los hace digeribles y bonitos a la vista.
Las 10 Etapas de Mi Última Cita
1
El miércoles pasado conocí un chico en el gimnasio
No me gusta hablar con gente en el gimnasio pero
disparaba rayos de luz y feromonas
Y no pude evitar que mis ojos descansaran sobre él por más de un par de segundos
Tenía lindos brazos
1,90 y un poco más
Piel dorada
Y piernas que podrían haber caminado 40 años por el desierto.
2
Se acercó a mí en la piscina y bromeó sobre mi forma de nadar y cómo podría conseguir un trabajo como socorrista
Le dije que ya había sacado a 3 niños del océano mientras me miraba en los espejos grises de sus ojos y lo preocupante que era que me recordaran el único huracán en el que he estado.
Nunca hay que ignorar a la naturaleza cuando te da un aviso.
Levantó las cejas con incredulidad
¿Salvaste a tres personas?
Me preguntó
Me reí.
Después lo pensé un par de veces mientras caminaba a casa.
3
Quedé con él el viernes por la noche en un bar poco iluminado
Me puse mi mejor sujetador y conjunto de encaje
esperando que tal vez la cita fuera lo suficientemente buena como para que él no lo viera.
Quería terminar mirando las estrellas con él
tal vez sea el anhelo que hay en mí de que alguien me quiera como una chica y no como una mujer
Bailar camino a casa,
Que me vistan con plumas y me construyan un altar
Que escriban cánticos a mi nombre
A veces
la jaula parece más tentadora que el rugido
Nací libre pero
Me crié en cautiverio.
4
Está estudiando para ser doctor
Porque quiere salvar vidas
(porque nunca aprendió a salvar la suya)
Tiene los dientes perfectamente alineados
(su sonrisa es psicopáticamente encantadora)
Y dijo que me invitó a salir porque soy
“Impresionantemente hermosa” como las pinturas, en los museos
Le pregunto qué pinturas, en qué museos
(Me doy cuenta entonces, de que nunca fue a un museo)
Y cuando está terminando su segunda pinta
Me entero de que
Su padre lo dejó cuando era un niño
(¡Tenemos cosas en común!)
No sabe nadar
(La primera habilidad que aprendí fue la de la supervivencia)
Le gustó que hubiera salvado tres vidas
(Pero no salvé ninguna)
Saqué tres niños del agua, pero nunca me quedé para enseñarles a nadar. Evité que murieran.
Salvar , ahora, es un verbo completamente diferente.
Siento su sangre goteando entre mis dedos
Los junto y creo copas con mis manos
Y la bebo como si fuera
El veneno y el antídoto.
Demasiado poder para darle a una persona.
5
“Mi mamá murió”
No digo nada.
“Hace tres meses”
Sé mucho sobre perder una madre.
Y me pregunto en silencio
Si será peor que muera o que te abandone
Cuando recién cumplís los siete.
Me pregunta si el dolor hace a la gente más interesante
Y le digo que no sé si algo que te deja tan vacío te llena necesariamente de sustancia.
Pero sí crea espacio para ello.
Para la poesía
Y la música
Pero también para el odio
Y lava caliente
Y los demonios
Y el arte
Y las armas
Dentro de tu boca
Y apuntando lejos
6
Lo beso en el asiento de atrás de su auto
Me detiene para decirme que por fin me comprendió
Y me pregunto cómo le tomó un par de horas cuando yo
Llevo 23 años intentando y aún no puedo.
Me dice que ama mi empatía pero
Mi psicóloga dice que tengo demasiada y,
Que me hace débil.
Me dice que le impresiona mi inteligencia pero,
Mi psicóloga dice que por ella
No puedo ser feliz
Dice que le gusta que tenga cicatrices
Porque demuestran fortaleza pero
Mi psicóloga dice que tengo lastimaduras
Aún abiertas
Y les echo sal
Todo lo que ama de mí
Son cosas que quiero cambiar.
7
Me pregunta si quiero coger y le digo
Que fumemos algo en el parque mejor
Me pregunta si estoy lista para enamorarme y contesto
Que no estoy segura, pero que no creo que él lo esté.
Y no quiero salvar a nadie
Aún estoy aprendiendo a respirar.
8
Se enoja. Me dice que tener una madre muerta no es un defecto.
Entre tosidas e intentos de besarme por sobre el humo.
Lo dejo, porque es hermoso y yo promedio.
Me suena la voz de mi psicóloga diciendo
Que pare de buscar gente rota para arreglarla
Y pienso que tal vez
Todos estamos jodidamente rotos
Y ninguno necesita ser arreglado
Porque la luz no entra si no es por las grietas.
9
Me pregunta en qué pienso y me dice
Entre lágrimas de dolor
Que echa de menos a su mamá
Y le prometo
Enseñarle a nadar
Si hace el esfuerzo
De mantenerse a flote
Sin mi ayuda
Después.
10Mi psicóloga me va a matar cuando le cuente.
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