El Beso
Por Barclay Stephens
La
luna arrojaba una luz pálida y suave sobre la fiesta. Los focos azules,
amarillos y verdes creaban sombras de arco iris sobre toda la gente que baila.
Después de unas copas, todo el mundo estaba moviéndose al mismo ritmo. La
música era más entretenida, las conversaciones más fáciles. El alcohol creaba
relaciones y recuerdos de nada. Era la primera fiesta en la que todos mis
amigos asistieron, y estaba rodeado por todos, hablando y bailando. Era la
mejor noche que había disfrutado desde los años universitarios. Era en ese
momento que la vi. Cuando el grupo se
separó la vi al lado del bar, hablando con unas amigas. Después de dos o tres
segundos nuestros ojos se conectaron. Caminé lentamente desde mi grupo de
amigos con una sonrisa enfocada en la princesa de la fiesta.
Nos hemos conocido antes, y por un
tiempo he querido salir con ella. Trabaja en el piso debajo de mí en Nueva
York, y rezo por que un día los días en los que nos encontraremos juntos en el
ascensor. Siempre he querido salir con ella, pero el tiempo que tardamos en
subir desde la planta baja al décimo piso no me permite tiempo para decir lo
que quiero. Pero ahora, tengo todo el tiempo del mundo. Hay algo en el aire
esta noche, y las acciones van a hablar más que las palabras. Tomo su mano, entramos
al baño, y la empujo a la pared. Nuestros labios se tocan en un momento sereno
y apasionante.
De
repente, todo se obscurece a negro. Me
despierto en mi propia cama con un dolor en la cabeza superpoderoso. Tomo unos
minutos para acostumbrarme a la luz de la mañana, y recuerdo que los viernes
todavía conllevan la necesidad de trabajar. No importan las resacas. No
recuerdo mucho de la noche anterior, pero sí me recuerdo hablando con mi
princesa. Sólo espero que no haber dicho nada.
Al
llegar a la oficina estaciono el coche y camino al ascensor. Las puertas se
abren y la veo otra vez, parada en el ascensor. Me sonríe como todos los días y
siento acelerarse los latidos en mi corazón. Tengo la idea de que nos besamos
ayer, pero no puedo recordarlo. ¿Qué debo hacer? No recuerdo! Entro el ascensor
dejando una distancia respetable entre nosotros. Le sonrió también. Decido
creer en mi pasión y en mis esperanzas. Muevo la cabeza y toco su mejilla con
mis labios.
No comments:
Post a Comment